Una de las causas de desacuerdo en la pareja es, “cómo educar a los hijos”. Este es uno de los temas más álgidos al momento de buscar acordar en cómo vamos a desarrollar, educar o corregir a los hijos cuando estos lo ameriten.
Casi siempre la raíz del problema se presenta porque ambas partes vienen de estilos de educación diferente. Cada uno tiene su punto de vista y sus razonamientos para creer que su manera es la mejor, haciendo que esto les lleva a enfrentamientos que causan daño a la relación, como a los hijos.
Cómo eliminar este desacuerdo; cómo evitar que esto termine causándole más daño a los hijos que beneficios.
Todos los padres tienen el mismo propósito, y es que sus hijos sean personas bien educadas para enfrentar la vida de una manera positiva y exitosa. Piensen por un momento en esto, y escriban ese propósito a alcanzar con sus hijos. Al tener la claridad del objetivo, entonces pueden avanzar en cómo lograrlo.
Normalmente las parejas discuten esto cuando se presenta el problema con los hijos. No toman el tiempo para escucharse el uno al otro sobre lo que piensan al respecto. Háganse un favor a ustedes mismos, tomen el tiempo suficiente para escuchar lo que cada uno de ustedes piensa, de cómo educar a sus hijos. En ese diálogo evite interrumpir, solo escuche y haga preguntas a su pareja de por qué opina de esa manera. Escúchele y defina cuáles son las cosas positivas y buenas de su planteamiento.
Luego de escuchar la posición de su cónyuge al respecto, prosiga a hacer su planteamiento de cómo educar y corregir a los hijos. El otro debe tomar nota de cuales son las cosas en que están de acuerdo y discutir aquellas en la que no coinciden. En esto hay que ser flexible para llegar a un punto intermedio donde ambos se sientan cómodos con lo que han acordado, y sobre todo, que traiga bienestar a los hijos.
Escriban lo que acuerden, y si es posible, léanlo cada cierto tiempo para recordarlo, corregirlo y mejorarlo, ya que los hijos cambian y crecen y hay que evaluar si lo que han acordado está funcionando o debe ser mejorado. Recuerde que la educación y la disciplina tienen un propósito que debe lograse, por esa razón evalúe siempre lo acordado.
Tanto la disciplina como la educación está determinada por tres factores a tomar en cuenta: La edad, el temperante de los hijos y lo que los padres desean lograr en el futuro con ellos. Si toman en cuenta estos tres factores de manera permanente seguramente tendrán éxito en la formación de hombres y mujeres que agreguen valor a esta sociedad que tanto lo necesita.
Mis apreciados padres, no piensen que su postura, en relación a como ejercer la disciplina, es la correcta. Creo que nadie tiene toda la verdad, por eso es necesario que este tópico sea conversado a profundidad. Para ello les recomiendo que busquen información en libros, amigos que ya han criado y lo han hecho bien, y consulte las páginas Web en el internet, ya que hay un gran caudal de buena información al respecto. No se rinda y haga su mejor esfuerzo.
“Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte. Los hijos que le nacen a un hombre joven son como flechas en manos de un guerrero. ¡Qué feliz es el hombre que tiene su aljaba llena de ellos! No pasará vergüenza cuando enfrente a sus acusadores en las puertas de la ciudad”. Salmo 127:3-5 (NTV)
Pastor, Eliezer Pérez