¿Desde cuando no tomas unas buenas vacaciones? ¿haces planes en el año para disfrutar de tiempo libre con tus seres queridos? ¿son tus hijos victimas de tu exceso de trabajo? Te comparto tres razones por las cuales debes pensar seriamente en invertir tiempo y recurso en las vacaciones familiares. Hacerlo, puede marcar una gran diferencia en tus seres queridos y en tu propia vida.
1. Las vacaciones son parte del cuidado de la salud. Te puedes ahorrar mucho dinero en médicos y medicinas si tan solo tomas unos días al año para descansar, relajarte y disfrutar de la vida. Se ha demostrado que el cuerpo humano está hecho para trabajar cierto tiempo y descansar otro. La mayoría de las enfermedades que hoy se padecen tienen como origen el estrés. Durante todo un año estamos sometidos a presiones de trabajo, cambios de ambiente, circunstancias familiares, la crianza de los hijos, problemas de salud y los económicos. Cuando usted suma todo esto, puede notar que durante doce meses, estamos sometidos a muchas circunstancias que generan estrés. Unas buenas vacaciones nos ayudarían a desconectarnos y librarnos de todo lo que nos agobia y enferma. Es mejor y más divertido invertir en vacaciones que gastar en hospitales y médicos, ¿qué prefieres? ¡piénsalo!
2. Las vacaciones nos ayudan al cuidado de la familia. Le agradezco a mi esposa por haber sido clave y persistente en motivarme a tomar nuestras vacaciones anuales. Mis hijas ya son mujeres, y lo que más recuerdan, y de lo que conversamos muchas veces, tiene que ver con el tiempo que disfrutamos de vacaciones. Los lugares que visitamos, las ciudades que conocimos, el tiempo de acampar a orillas de la playa y las anécdotas que siempre se generan en momentos como este. Durante ese tiempo nos dedicábamos a cultivar la relación con nuestras hijas. Conversábamos, jugábamos, nos reíamos, y se daban las oportunidades de escucharlas con sus inquietudes y temores, y así aconsejarlas apropiadamente. Las vacaciones son un tiempo para invertir en la relación con nuestros hijos, ellos lo necesitan y tu también.
3. Las vacaciones también refrescan la relación de pareja. Los esposos están sometidos al estrés que implica el cuidado de una familia. Las responsabilidades y demandas de todos los días y la rutina que esto imprime, va mermando el romanticismo, la comunicación, y aún la vida sexual. Por estas y otras razones, necesitan parar y reencontrase y conquistarse de nuevo. Este período es propicio para hablar sin presiones, Realizar citas románticas, salir de paseos, reírse el uno del otro, y sobre todo, disfrutar del amor a plenitud. Mis apreciados amigos, las vacaciones pueden renovar y refrescar tu relación. No dejes que el cansancio físico, mental y emocional derrumben tu matrimonio. Planifica tus vacaciones y realízalas con el propósito de invertirte en tu cónyuge y en toda tu familia.
Recuerda, cuando tomas tiempo para descansar y compartir con la familia, las fuerzas se renuevan, el estrés disminuye y la salud emocional y física se restauran; las relaciones familiares y laborales se restablecen y refrescan. Si deseas hacer algo por ti y por los tuyos, no demores más el tiempo de vacaciones. ¡No te rindas!
Pastor, Eliezer Pérez.